¿Es Malo Ser Orgulloso?
Me atrevería a decir que todos en algún momento de nuestras vidas hemos escuchado que el orgullo es malo y que es malo ser orgullosos. Sin embargo, podemos caer fácilmente en esto. No nos damos cuenta de que al ser orgullosos lastimamos a aquellos que amamos y también nos lastimamos a nosotros mismos. Es una especie de velo que se interpone entre nosotros y la realidad; pero especialmente entre la realidad de Dios.
Y antes de seguir avanzando quiero decirte que yo he luchado contra el orgullo y que de vez en cuando todavía me toca luchar contra él. Así que no escribí este artículo para condenación sino para que entendamos el peligro del orgullo y aprendamos a detectarlo en nuestras vidas para poder luchar contra él. Incluso el Apostol Pablo luchó contra el orgullo y más adelante te contaré un poco sobre esto.
Pero ¿Qué significa ser una persona orgullosa? De acuerdo al diccionario tiene este significado: “Exceso de estimación hacia uno mismo y hacia los propios méritos por los cuales la persona se cree superior a los demás.”.
La tendencia de nuestro corazón es hacia el orgullo, hacia parecernos a Dios pero específicamente la parte que no nos corresponde que es ser jueces. Queremos ser quienes juzguen a otros y tengamos la razón al hacerlo porque nos creemos superiores, esto fue lo que llevó en un primer lugar a Adán y a Eva a comer del fruto prohibido, el deseo de ser como Dios. Sabemos que no era un buen deseo porque ellos fueron hechos a la imagen de Dios pero esto no fue suficiente.
En Génesis 3:5 vemos la prueba de esto cuando la serpiente dijo: “Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal.”. Eso fue lo que convenció a Eva de que había que comer del fruto prohibido, el llegar a ser como Dios. Y aunque no lo queramos admitir, seguimos con esa tendencia en nuestros corazones, por eso juzgamos facilmente al otro, creemos que nuestra forma es la correcta y nos creemos con el derecho de opinar en la vida ajena, porque en el fondo creemos que tenemos la razón y el otro no.
Por eso es necesario entregar el orgullo a Dios, porque si deseamos ser exaltados por otras personas más de lo que deseamos que Dios sea exaltado, entonces estamos queriendo convertirnos en un dios para ellos, ¿Ves lo grave del asunto?.
Y quiero aclarar que para ser una persona orgullosa no necesariamente hay que tener el autoestima por el cielo. Hay personas orgullosas que desestiman a los demás para sentirse mejor con ellos mismos. Pero esto en realidad es una trampa, porque cuando tenemos el autoestima baja, el minimizar a otros no nos hará sentirnos mejor con nosotros mismos a largo plazo ni a tomar mejores decisiones, todo lo contrario.
Y si estás luchando contra el orgullo en estos momentos quiero que sepas que hay esperanza para ti, pero es importante que entiendas la gravedad de este asunto y el peligro que puede representar el orgullo, porque esto nos ayudará a guardar nuestro corazón de él.
¿Qué Es El Orgullo Según La Biblia?
Espero que ya hayas podido llegar a esta conclusión con lo ya leído, pero en caso de que no lo hayas hecho, la Biblia nos muestra que el orgullo es pecado. Proverbios 21:4 es bastante claro al respecto: “Los ojos altivos, el corazón orgulloso y la lámpara de los malvados son pecado.”.
A pesar de que la Biblia muestra que el orgullo es un pecado, Dios no lo ve como a los otros pecados, hay algo particular en este y te muestro algunos versículos.
- Proverbios 16:5 dice: “El Señor detesta a los orgullosos. Ciertamente recibirán su castigo”.
- Salmos 5:5 dice: “Por lo tanto, los orgullosos no pueden estar en tu presencia, porque aborreces a todo el que hace lo malo”.
- Salmos 138:6 dice: “El Señor es excelso, pero toma en cuenta a los humildes y mira de lejos a los orgullosos”.
Con estos versículos vemos un énfasis diferente en Dios con respecto a este pecado, y es que aborrece o que odia al orgulloso, pero ¿Por qué es esto? Porque el orgulloso cree que su manera es la mejor, y aún cuando Dios lo quiera guiar por otro sendero se resistirá, simplemente porque aunque no lo diga o lo piense directamente, en el fondo de su corazón cree que es más capaz que Dios. Que su manera traerá mejores resultados porque no confía en el liderazgo de Dios.
Jesús nos dice en Juan 14:21 lo siguiente: “El que me obedece y hace lo que yo mando, demuestra que me ama de verdad. Al que me ame así, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y le mostraré cómo soy en realidad.” (negritas añadidas por mí).
Aquí Jesús nos está diciendo que demostramos que lo amamos de verdad cuando le obedecemos, pero una persona orgullosa no podrá obedecer en todo a Jesús, porque siempre encontrará algo “mejor” para hacer en lugar de lo que Jesús le está pidiendo hacer.
¿Cuáles Son Las Características De Una Persona Orgullosa?
Si te estás preguntando “¿Cómo saber si soy orgulloso?” aquí te voy a mostrar cómo es una persona orgullosa para que puedas evaluarte a ti mismo y más adelante puedas pedirle ayuda a Dios con tu debilidad, porque cada uno de nosotros es más sensible al orgullo en determinados rasgos y no necesariamente vamos a mostrar todas estas características que te voy a mencionar, pero si te sientes identificado con al menos 1 de ellas ya es un buen motivo para revisar tu corazón y cuidarte del orgullo.
Se ve a sí mismo mejor que a los demás.
Como se siente superior a los demás cree que puede y debe opinar sobre la vida de los demás, sobre sus malas decisiones o incluso sobre aquellas decisiones donde la Biblia nos da la libertad de decidir, pero como no son las mismas que las del orgulloso entonces dice que la otra persona está mal.
Gran parte de juzgar a otros viene del orgullo y no por el orden que establece la Biblia. Siempre la Biblia nos llevará a levantar al otro, no al chisme ni a las críticas sin sentido que solo terminan por destruir.
Tiene la última palabra
En una discusión bien sea en persona o en las redes sociales (esto lo vemos muchísimo en las redes) la persona tiene que dejar en claro que tiene la última palabra y que ha “ganado” el debate, no importa si no tiene argumentos válidos y si tiene que incluso llegar a insultar al otro para “ganar”.
La realidad es que esta supuesta victoria nunca llega, solo ha perdido porque ha desobedecido a los mandatos de Dios que es de unidad y no de contienda.
No admitir cuando está equivocado
Para un orgulloso admitir que se está equivocado representa un paso doloroso para su ego. Es por esto que muchas personas con este mal prefieren irse o no seguir la conversación cuando se dan cuenta de que están equivocados con tal de no admitirlo. Confieso que yo era una de esas personas.
Le cuesta demasiado pedir perdón y perdonar
Esto es porque pedir perdón requiere aceptar que nos equivocamos, y para un orgulloso esto no es nada fácil.
También la Palabra de Dios nos enseña que debemos perdonar a los demás así como el Padre nos perdonó a nosotros por nuestro pecado, pero una gran advertencia que nos hace es que si no perdonamos a otros, nosotros tampoco seremos perdonados (Marcos 11:26). Dios nos dice que tenemos que perdonar, no es una sugerencia.
Falta de gratitud
No son agradecidos porque creen que todo lo bueno que les pasa ellos se lo merecen o ha sido únicamente por su trabajo y esfuerzo, sin tomar en cuenta que Dios es Aquel que nos da las fuerzas y el que permite que nuestros proyectos se cumplan. Si quieres aprender a tener un corazón agradecido te invito a ver mi video en YouTube donde hablo al respecto, haz click aquí.
No se somete a sus líderez y/o Pastores
Por creer que tiene la razón y no los demás o que ve las cosas mejor que otros, empieza a ver el liderazgo de otras personas como malo o que todo lo hacen mal. Entiendo que hay liderazgos que no son bíblicos y que tienen enseñanzas erróneas, pero no son a estos a los que me estoy refiriendo.
Me refiero a liderazgos que realmente Dios los está moldeando y guiando y que se están esforzando por agradar a Dios en todos sus caminos, pero que al igual que tú y que yo no son perfectos.
Esto hace que no obedezca a su liderazgo, pero recordemos que este es un mandato de Dios, Hebreos 13:17 nos dice: “Obedezcan a sus líderes espirituales y hagan lo que ellos dicen. Su tarea es cuidar el alma de ustedes y tienen que rendir cuentas a Dios. Denles motivos para que la hagan con alegría y no con dolor. Esto último ciertamente no los beneficiará a ustedes.”.
Se enoja con facilidad
Sienten que sus “derechos” o expectativas deben cumplirse siempre, sin importar que no se cumplan porque hayan motivos importantes o porque a otras personas se les dificultó. No importa la razón, lo único que importa es que ellos no fueron satisfechos.
Sarcástico, hiriente, o degradante
Muchas veces el ser de esta manera es la única forma de “ganar” las discusiones con los demás, todo con tal de no admitir su equivocación. Prefiere lastimar antes que doblegar su orgullo.
Falta de servicio y compasión
Como el orgulloso solo está pensando en sí mismo no piensa en servir a los demás y si lo hace es solo para beneficio propio para exaltarse o quedar como el mejor delante de otros. Distorciona el objetivo del servicio a los demás y se olvida de que Jesús siendo Dios vino a servir.
Minimiza sus propios pecados y maximiza el pecado de los demás
Como dijo Jesús en Mateo 7:5 “Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.”
A veces tenemos una viga mucho más grande en nuestro ojo pero como estamos tan atentos al pecado ajeno no somos capaces de ver el nuestro. Que la otra persona no peque de la misma forma que nosotros no quiere decir que no estamos pecando.
Es celoso o envidioso
Y esto es porque no puede aceptar que otros también tienen dones y talentos hermosos que pueden ser usados para glorificar a Dios. No pueden aceptar que aquellas personas que parecían inferiores a él o ella ahora tengan más éxito.
¿Cómo dejar de ser orgulloso? – Parte de mi lucha
Como te dije al inicio de este post, todos los seres humanos tenemos esta tendencia al orgullo y es importante entender esto, porque no es una lucha que se acaba. Puede que hoy te sientas la persona más humilde del mundo, pero quizás mañana pase alguna situación en la cual el orgullo empiece a crecer en tu corazón.
Incluso el Apostol Pablo luchó contra el orgullo, y esto lo vemos en 2 Corintios 12:7 “Así que, para impedir que me volviera orgulloso, se me dio una espina en mi carne, un mensajero de Satanás para atormentarme e impedir que me volviera orgulloso.”. Y esto es porque el orgullo nos puede atacar a cualquiera de nosotros.
Si bien hay personas que tienen menos tendencias al orgullo, pero siempre existe esa tendencia.
Estar alertas a nuestro corazón
Puede que por ejemplo una persona solo tenga esa tendencia en el área laboral, entonces es allí donde tiene que estar más alerta. Cada uno de nosotros debe observarse para determinar cuáles son esas áreas débiles para nosotros y si las desconocemos, pedirle ayuda al Espíritu Santo para que nos las revele.
Pero ¿Qué hacer si nos damos cuenta de que hay orgullo en nuestro corazón?
Arrepintámonos
1 Juan 1:9 nos dice: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”.
Confesar no es simplemente decir “perdón” y ya se acabó, es humillarnos delante de Dios, reconocer que tenemos un problema, que estamos mal delante de Dios por este pecado y que necesitamos de su ayuda para superarlo.
Es reconocer que estamos en un error al pensar así, que Dios es el que debe guiarnos a la verdad y no nosotros mismos. Reconocer que necesitamos el liderazgo de Dios para obtener la vida de abundancia que Él nos ha prometido.
Reconocer que no podemos solos
En lo personal puedo decirte que han habido momentos en mi vida donde he tenido luchas grandes con el orgullo y he tenido que incluso ayunar por esto para que Dios me ayude porque sola no puedo, y tenemos que reconocer esto, que solos no podemos.
Un error común al luchar contra el orgullo es creer que nosotros lo podemos superar por nuestra cuenta, y esto queridos amigos también es orgullo.
Solos no podemos, y si decidimos recorrer este camino solos jamás podremos superar el orgullo. Necesitamos de Dios, de Aquel que conoce nuestro corazón a profundidad y del que sabe cómo podemos cambiar verdaderamente.
Si tienes hermanos y líderes con los cuales puedes hablar de esta situación, habla con ellos al respecto, pídeles su guía y ayuda para superar esta situación, Dios puso a una comunidad que es la iglesia para poder ayudarnos los unos a los otros, porque nos necesitamos.
No lo sabemos todo ni nunca lo sabremos, por eso es que Dios ha dejado a la iglesia y se refiere a ella como el cuerpo de Cristo donde cada uno de nosotros somos un miembro de este cuerpo. No somos el cuerpo por completo de manera individual, solo somos el cuerpo como iglesia cuando estamos juntos.
Entregar el orgullo a Dios en oración y en ayuno
El reconocer que no podemos solos nos lleva a la oración y al ayuno por esta situación. Puede que en tu caso no creas que debas ayunar, no lo sé, solo Dios podrá guiarte al respecto. En todo caso el ayuno es una disciplina espiritual de todo creyente y hacerlo no está demás, siempre nos brindará beneficios.
Pero aunque no creas que debas ayunar, te aseguro que sí debes orar por eso, Filipenses 4:6 nos indica que debemos orar por todo. Así que no minimicemos esta situación, es un pecado que Dios aborrece así que tomemoslo en serio y oremos por esto.
Si no sabes cómo orar, puedes ver el artículo aprender a orar como Jesús enseñó para que aprendas al respecto.
Reconocer que el Evangelio es para los humildes
Jesús mismo nos dió el mejor ejemplo sobre la humildad, y si Él siendo Dios no caminó en esta tierra con orgullo diciendo que Él era mejor que todos los humanos.
Sin embargo si nuestro Señor Jesús no caminó en arrogancia siendo la persona que podría hacerlo porque es perfecto, ¿Cómo es que nosotros nos consideramos con el derecho de hacerlo? ¿Acaso nos creemos mejor que Dios? A veces sí, y esto debe cambiar.
En Conclusión
Entender la gravedad de este pecado nos hace querer correr en la dirección opuesta y espero de todo corazón que si estás caminando en este pecado así te sientas en este momento.
Que decidas luchar contra este pecado pero no con tus fuerzas sino con la guía de Dios que es quien conoce mejor tu corazón que tú mismo y que podrá traer la libertad que necesitas.
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