El Propósito de Dios Para tu Vida

Propósito de Dios Para mi Vida

Conocer nuestro llamado y propósito muchas veces pone un peso muy grande en nosotros, porque es como esa urgencia de entender: “¿Para qué Dios me creó?”, “¿Cuál es el propósito de Dios en mi vida?”, “¿Cuál es el propósito de la vida?” y muchas otras preguntas.

En este artículo voy a enseñarte el propósito general que dejó Dios para nosotros pero también algunos puntos que te ayudarán a conocer el propósito de Dios para tu vida. 

Sin embargo, quiero aclarar que con este artículo no pretendo decirte cuál es el propósito específico que tiene Dios para ti, yo no puedo saber eso, pero Dios si lo sabe aún desde antes de la fundación del mundo y está más que dispuesto a reverlártelo.

Jesús Nos Dijo Nuestro Llamado (Propósito De Dios)

Cuando Jesús estuvo en la tierra nos mostró el llamado principal que cada uno de nosotros tenemos, y esta es, la gran comisión. 

Mateo 28:18-20 dice lo siguiente: «Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: —Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.» (negritas añadidas)

¿Estás cumpliendo con la gran comisión?

Dios tiene un propósito en tu vida, y a veces creemos erróneamente que es solo un ministerio internacional reconocido, que Dios obre sanidades sobrenaturales y grandes milagros. 

No es que eso esté mal o que Dios no lo pueda hacer, pero no se empieza de esa manera, se empieza en lo pequeño, en serle fiel y obediente al Señor. Si no cumplimos la gran comisión, no estamos siendo obedientes a su mandato ni cumpliendo nuestro llamado.

Si no somos obedientes con la gran comisión, con hacer discípulos en donde estamos ahorita, ¿Por qué si seríamos obedientes a Dios en los grandes planes que tenga para nosotros? Debemos ser fieles desde lo poco.

Es importante destacar que este pasaje no dice “háblenles a otros de mí y ya”, sino hagan discípulos, es decir, que tú le hagas seguimiento a las personas que estás enseñándole, que los puedas guiar al bautismo, que seas esa guía para ellos, que puedan acudir a ti cuando tengan problemas y que tú puedas guiarles de acuerdo a lo establecido por Dios para enseñarles a obedecerlo a Él.

Este es nuestro más grande llamado.

Estamos llamados a imitar a nuestro amado Jesús, y él tuvo discípulos. Él fue quien estableció el ejemplo para nosotros, para que aprendiéramos como se hace.

Adicionalmente, tener discípulos además de extender el Reino de los cielos, también te ayudará a ti para fortalecer tu fe, tu conocimiento bíblico y tu conocimiento sobre Dios. Porque tu obligación es dar algo de calidad, poder ser una buena guía para tus discípulos, y eso te llevará a buscar más de Dios y a buscar las respuestas que tus discípulos puedan estar necesitando de ti.

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El Ministerio de la Reconciliación

2 Corintios 5:18-19 nos dice: «Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación: esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación.»

Hemos sido llamados a que las personas se reconcilien con Dios, no importando cuál profesión tengamos, cual cargo ocupemos, cuanto ganemos ni ninguna otra cosa de este mundo.

Todos necesitamos de un Salvador independientemente de nuestra situación, y si nosotros tenemos a un Dios tan maravilloso, también tenemos la responsabilidad de compartir sobre Él.

El llamado no es para nosotros

Nos encanta tener todo descifrado y acomodar nuestra vida, pero el propósito nunca será para servirte a ti mismo, que claro que te vas a ver beneficiado, pero Dios no da un llamado solo para que nosotros estemos bien.

Como dice Mateo 5:15 «Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa.»

Lo que Dios nos ha dado tenemos que darlo a otros.

Además de esto, nuestro servicio hacia otros también involucra sacrificios, y sí, discipular a otros y hablar sobre Cristo es un sacrificio porque incluye dedicar tiempo a prepararte para enseñar, a que si te da miedo a hablarle a otro lo hagas, a que salgas de tu comodidad para poder enseñar.

Todo eso es un sacrificio, pero también es parte de amar a otros, de reconciliar a otros con Cristo, y de salvar almas del infierno.

Literalmente la vida de otros dependen de si estamos dispuestos a obedecer a Cristo o no. 

Aunque la decisión es individual, tú puedes esforzarte y dar lo mejor de ti para que otros sigan a Cristo y eso no necesariamente va a pasar. En ese caso nos toca orar por esas personas y confiar en que la semilla que sembramos con el favor de Dios germinará.

Simplemente nosotros estamos llamados a cumplir con nuestra parte, Dios hará el resto.

Saber Tu Propósito No Significa Saber a Qué Te Dedicarás

Creo que parte de esta ansiedad de saber el llamado y el propósito viene de una idea falsa de que cuando sepamos cuál es nuestro llamado sabremos qué vamos a hacer por el resto de nuestras vidas, y saber eso nos da cierta seguridad, y la verdad es que a nosotros como humanos nos encanta eso.

Y por eso cuando pensamos en propósito o llamado nos imaginamos que quizás los líderes o Pastores ya saben absolutamente todo lo que harán por el resto de sus vidas, y la verdad es que nadie lo sabe porque Dios te puede guiar a hacer una cosa hoy y en un año te dice que hagas otra o que hagas lo mismo pero en otro lugar.

Por ejemplo, una persona hoy puede estar sirviendo como ujier en la iglesia porque Dios lo guió a eso y en 1 año Dios le puede decir ahora quiero que uses los dones que tienes en la música para adorarme, y esa persona entra al ministerio de la alabanza, y en 2 años más Dios le puede decir, quiero que hagas videos en YT ministrando. 

Sigue siendo el propósito de Dios que esa persona haga esas diversas actividades, sigue ejerciendo sus dones y talentos pero de maneras diferentes de acuerdo a lo que Dios lo esté guiando.

Y esto es porque el llamado de Dios no se limita a una sola actividad, ni es como una carrera universitaria donde uno asume que ejercerá esa carrera por el resto de la vida, que la realidad es que a veces eso tampoco pasa (yo soy un ejemplo jaja).

En mi caso inicié mi ministerio con un blog que abrí hace 5 años, apenas tenía 1 mes de casada y 1 año de convertida, pero Dios me guió a eso. Meses después, inicié en el ministerio de alabanza de la iglesia, con el tiempo me dieron la oportunidad de compartir enseñanzas en la congregación, y años después Dios me llamó a crear un canal de YouTube.

Aunque Dios ya me había hablado sobre mi llamado, jamás mencionó cómo se vería el proceso ni las diversas actividades en las que estaría involucrada.

Es por esto que necesitamos ser guiados por el Espíritu Santo, para saber qué dirección debemos tomar, pero también confiar en que Él nos guiará a lo mejor para nuestras vidas, aún cuando no veamos el panorama completo y lo que hagamos pareciera que no tiene ningún impacto en la vida de otros.

No Todos Están Llamados a Servir en el Templo, Pero Sí a la Iglesia

¿Qué significa esto? A veces creemos erróneamente que el único servicio que podemos prestar a Dios es en el templo y esto no es así. A veces decimos no bueno es que quizás Dios me llame a ser Pastor o líder de alabanza, etc. 

La realidad es que la iglesia no son las 4 paredes del templo, y servir a Dios va más allá de esas 4 paredes. Puede que Dios te haya llamado a servir dentro del templo a tiempo completo o parcialmente, y ¡Gloria a Dios por eso! Pero no es así para todos.

Hay personas que pueden seguir ejerciendo sus carreras, trabajar en sus negocios o lo que sea que Dios les haya guiado, y su servicio a Dios es enfocarse en discipular a otros para cumplir la gran comisión y servir a la iglesia.

Y quizás me digas pero ¿Cómo sirvo a la iglesia si no sirvo en el templo? Y es que recordemos que la iglesia somos nosotros los hijos de Dios, estamos llamados a ayudarnos, a servirnos, a orar los unos por los otros, a apoyarnos, a compartir, a llevar las cargas del otro y a ser comunidad. 

No podemos ser iglesia aislados los unos de los otros. 

Recordemos a Jesús en Mateo 20:25-28 dijo «Jesús los llamó y les dijo: —Como ustedes saben, los gobernantes de las naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor, y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de los demás; así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.«

Los 12 discípulos aunque iban a las sinagogas, sirvieron de diferentes maneras a la iglesia. 

Sirviendo alimento, enseñando, sanando, dando ánimo a quienes estaban sufriendo persecución y dolor, a través de la liberación, resucitaron personas, prepararon discípulos, orando por las iglesias, exhortándoles cuando se desviaban a regresar a las enseñanzas originales. 

Y otras personas también sirvieron a la iglesia preparando alimento, recogiendo ofrendas para sustentar a los apóstoles y apoyar la obra de de llevar el Evangelio a otros lugares. Y hay muchas formas en las que nosotros podemos apoyar a la iglesia, porque como comunidad estamos llamados a eso.

Es por eso que aunque no estés llamado a servir en el templo, sí estás llamado a servir a la iglesia, porque es la única forma de ser comunidad y de que como dijo Cristo en Juan 17:20-23 que el mundo pueda reconocer que Jesús fue enviado por el Padre porque nosotros somos uno y la unidad no se alcanza sin servirnos los unos a los otros en amor.

Ideas Para Servir a la Iglesia

A veces, aunque tengamos la intención de servir a otros miembros del cuerpo de Cristo, no tenemos ni idea de cómo hacerlo. 

Si tú tienes otras ideas además de estas, te invito a dejarlas en los comentarios, de esta manera todos tendremos más opciones de donde escoger a la hora de servir a otros que puedan adaptarse a nuestra vida.

Nota: Estas ideas también puedes realizarlas como una forma de evangelización.

• Llevar comida preparada para alguien que esté enfermo, una mujer que acaba de dar a luz o simplemente por tener un detalle.
• Preparar o comprar un pastel y llevarlo.
• Preguntar a tus Pastores si necesitan algo y estar dispuesto a ayudar en lo que te sea posible.
• Ofrecerte a limpiar la casa de alguien o con la cocina.
• Cuidar los niños de alguna familia, puntos extras si alguno de los padres está enfermo.
• Escribir una carta de ánimo.
• Llamar para saber cómo están, darles palabras de ánimo y fortaleza.
• Invitarlos a casa a comer (no esperes a que tu casa esté perfecta o nunca invitarás a nadie).
• Hacer las compras a una familia (no necesariamente tiene que ser pagar las compras, puede ser ir por ellos o simplemente ayudarles con el peso de las bolsas).

Hay mil formas de ser ayuda, de servir a otros y de evangelizar, lo principal que necesitamos es la disposición.

Cristo estuvo dispuesto a morir por ti, ¿Estás dispuesto a servirle? 

¡Bendiciones!

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