Todos en algún momento de nuestras vidas pasamos por ofensas, dolor, palabras que nos han herido, o incluso decisiones que hemos tomado de las cuales nos arrepentimos; y por más que queremos perdonar a otros o perdonarnos a nosotros mismos, a veces no sabemos cómo perdonar, cómo dejar ir esa ofensa. Es por eso que quiero compartirte un método con el cual podrás aprender cómo se puede perdonar a una persona rápidamente y aplicarlo cuantas veces sean necesarias a lo largo de tu vida.
Este es un método donde simplemente podrás sentarte para seguir los pasos y en ese mismo momento perdonar. ¿No es maravilloso? Si encuentras valor en este método, por favor compártelo con otra persona. Recuerda que también puedes seguirme en mi canal de YouTube donde semanalmente comparto enseñanzas, meditaciones bíblicas y algunos vlogs.
¿Cuál es la importancia de perdonar?
La falta de perdón produce un torbellino de emociones en nosotros que terminan afectándonos de diversas maneras, y produciendo en nosotros amargura, ansiedad, depresión, temor, e incluso puede generar enfermedades, y por supuesto, la falta de perdón también abre puertas espirituales, pues estamos llamados a perdonar tal como nuestro Señor Jesús lo hizo. Aún si pasaste como yo por el abandono de un padre, Dios está dispuesto a ayudarte a sanar si tienes un corazón dispuesto a perdonar.
¿Por qué es tan difícil perdonar?
Perdonar es difícil especialmente cuando hemos sido heridos profundamente, hay situaciones, palabras, y momentos que pueden herirnos hasta lo más profundo de nuestro ser. Pero también sucede que muchas veces no podemos perdonar aún cuando queremos hacerlo, es porque vivimos recordando esos momentos de dolor, y porque no ponemos en perspectiva las cosas.
Y con poner en perspectiva las cosas me refiero a pensar en cuánto nosotros herimos a Dios, en cuánto le debíamos a Él, y cómo nuestra deuda se compara con lo que otros nos han hecho. Y de esto estaremos hablando en esta próxima sección, así que ¡No te la saltes!
¿Qué dice la Biblia sobre perdonar? / Preparación
El método o protocolo del perdón que comparto contigo, no lo cree yo, lo aprendí del Dr. Bruce y Toni Hebel, pero el contenido de su canal está en inglés, pero esta es una información tan valiosa que realmente vale la pena traducirla, si lo deseas, puedes ver el video en inglés aquí.
Pero antes de explicarles en qué consiste el método, veamos rápidamente nuestra necesidad de perdonar con unos versículos bíblicos, pues estos nos darán claridad, y aprenderemos qué dijo Jesús sobre el perdón.
Mateo 6:14-15 dice: «»Porque, si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero, si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas.»
El hecho de que nosotros no seamos perdonados por no perdonar a otros, nos pone en una posición delicada, y que nos debe llevar a reflexionar sobre dónde esperamos pasar nuestra eternidad. Si este versículo te genera dudas sobre la salvación, te invito a leer mi artículo sobre si la salvación se pierde o no, donde podrás ver ambas posturas, sustento bíblico para ambas, y mi postura también.
Otro pasaje que nos habla ampliamente sobre este tema, es la parábola del rey que perdonó la gran deuda en Mateo 18:21-35. En esta parábola, Jesús nos muestra que el rey perdonó una deuda inmensa, donde hasta venderían al siervo, a su esposa, a sus hijos, y todo lo que poseía, pero el rey tuvo misericordia y le perdonó la gran deuda.
Sin embargo, cuando este siervo se encuentra con otro siervo que le debía poco, lo hizo meter a la cárcel para que pagara su deuda. Pero mira lo que hace el rey al enterarse de esto y cómo Jesús termina esta parábola:
«Entonces el señor mandó llamar al siervo. “¡Siervo malvado! —le increpó—. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también haberte compadecido de tu compañero, así como yo me compadecí de ti?” Y, enojado, su señor lo entregó a los carceleros para que lo torturaran hasta que pagara todo lo que debía. »Así también mi Padre celestial los tratará a ustedes, a menos que cada uno perdone de corazón a su hermano».» – Mateo 18:32-35 (negritas añadidas).
Así que como ves, la falta de perdón no es algo que se tome a la ligera en el reino de los cielos, y es por ello que debemos examinar nuestro corazón continuamente.
Y por último darte cuenta de que tú fuiste perdonado por una gran deuda, pues la Biblia dice que éramos enemigos de Dios; sin embargo, Dios dio a su único hijo, Jesucristo a tu favor, a morir por tus pecados para darte vida eterna, ¡Tuvo misercordia de ti! Y estás llamado a tener misericordia por los demás.
¿Cómo perdonar rápidamente?
Lo primero es entender que el perdón es una transacción, no un proceso. La Biblia no lo menciona como un proceso, sin embargo, muchas veces se enseña como un gran proceso que puede demorar meses y hasta años; pero perdonar en el original significa «renunciar a una deuda».
Es como si fueras al banco, y alguien tiene una deuda y tú la pagaras completamente, entonces ya no sería un proceso de años ¿Cierto? Y así mismo Jesús ya ha pagado todo, así que si estamos en Cristo, el perdón es una transacción.
1. Agradece a Dios por perdonarte a ti. Nos ponemos en un lugar de agradecimiento, y reconocemos que hemos pecado, que hemos herido a otros, y que necesitamos el perdón de Dios.
Debemos ir profundo en esto, no solo “gracias por perdonarme”, sino profundizar en lo que Dios hizo por nosotros… Recuerda Mateo 18, donde la mayor deuda fue perdonada. Recuerda que cultivar un corazón agradecido hacia Dios es muy importante como creyentes.
2. Pregunta a Dios ¿A quién perdonas y por qué? Necesitamos el por qué para poder perdonar. Y esperar en Dios en silencio esperando que Dios traiga a las personas a nuestra mente para poder avanzar en esto.
3. Arrepiéntete de tu pecado de falta de perdón. No es solo que está mal, sino que es un pecado. Este es un pecado que nos lleva a atormentadores, así que es serio, y debemos arrepentirnos.
4. Perdonas cada ofensa desde el corazón. El corazón es el centro de quienes somos, y a veces perdonamos desde la cabeza y esto no funciona. Fuimos heridos en el corazón y desde allí debemos perdonar. Decimos “Señor, desde mi corazón, escojo perdonar a esta persona por ___ “ y dices todo lo que Dios te trajo a la mente que esa persona te hizo. Por ejemplo: “perdono a mi mamá por todas las veces que hizo esto (mencionas lo que te hirió)”. Procura decir las cosas que te hirieron en voz alta. Cuando expresamos con nuestra boca lo que estamos soltando, realmente podemos sentir la diferencia.
En los momentos de silencio puedes preguntarle al Espíritu Santo si hay algo más que perdonar de esa persona. Si no viene nada, podemos pensar que ya terminamos con esa persona. Luego podemos preguntarle al Espíritu Santo si hay alguien más que perdonar? Y esperamos. Si hay silencio podemos pensar que terminamos por ese día.
Declaramos: “Declaro que esta persona no es más mi deudor, porque transferí la deuda a la cruz de Jesús donde Él pagó por todo. Si hay algo sin resolver, ya no es entre esa persona y yo, ahora es entre ellos y Dios”
5. Bendice a aquellos que te han herido para completar el perdón. Puedes bendecirles en las áreas que te lastimaron, pero profundiza en esto. Y si tienes conflictos para bendecirlos, es un señal de que no los has perdonado completamente, que algo falta. En este caso regresamos al protocolo #4 porque quizás estuviste más en tu cabeza que en el corazón, así que es bueno en profundizar más en lo que estamos perdonando.
Si alguna persona que tienes que perdonar ha fallecido, puedes hacer el mismo ejercicio, pero en lugar de bendecir a la persona que claramente ya no está, puedes bendecir a su descendencia.
Si estás seguro de que perdonaste a la persona y posteriormente vienen pensamientos a ti como acusándote de que no has perdonado, porque a veces el enemigo hace eso para mantenernos en un ciclo de falta de perdón, puedes decir algo como esto: «recuerdo que ya perdoné a esa persona, y si hay algo pendiente, ya no es entre esa persona y yo, es entre esa persona y Dios»
