En este post analizaremos la famosa carta que Jesús escribió a la Iglesia Laodicea donde le dice que por no ser ni frío ni caliente , sino tibio, le vomitará de su boca. Este pasaje de la Biblia, a menudo es malinterpretado, trayendo condenación a las personas por ser “tibios”, pero esta carta en realidad nos ofrece una valiosa corrección y aplicación para nuestras vidas.
Es esencial comprender su verdadero significado y alejarnos de interpretaciones erróneas que pueden ser perjudiciales. Acompáñame a leer esta carta en Apocalipsis 3:14-18 donde iremos desglozando cada versículo.
V14 al 16: «»Escribe al ángel de la iglesia de Laodicea: Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el soberano de la creación de Dios: Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro! Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca.”.
Jesús comienza dirigiéndose al ángel de la iglesia en Laodicea y se presenta como el testigo fiel y el soberano de la creación de Dios. Él declara que conoce sus obras y les reprocha por no ser ni fríos ni calientes, amenazando con vomitarlos de su boca.
¿Qué significa ser tibios en la Biblia?
Para comprender plenamente esta metáfora, debemos tener en cuenta el contexto histórico y geográfico de Laodicea. La ciudad estaba ubicada entre dos lugares conocidos por su agua:
- Colosas: Donde el agua era fría y refrescante.
- Hierápolis: Donde el agua era caliente y tenía propiedades medicinales.
- Laodicea: El agua llegaba tibia, siendo desagradable e inútil tanto para refrescar como para curar.
Jesús utiliza esta analogía para transmitir un mensaje claro a la iglesia: habían perdido su propósito, se habían vuelto como el mundo, dejándose influenciar, en lugar de ellos traer transformación a su alrededor.
La condición fisica no siempre es un reflejo de la condición espiritual
V17: “Dices: “Soy rico; me he enriquecido y no me hace falta nada”; pero no te das cuenta de cuán infeliz y miserable, pobre, ciego y desnudo eres tú.”
En este versículo, Jesús confronta la actitud autocomplaciente de la iglesia Laodicea. Aunque se consideraban ricos y prósperos, Jesús los señala como infelices, miserables, pobres, ciegos y desnudos. La riqueza material que habían acumulado no era un reflejo de su riqueza espiritual como ellos tanto celebraban.
Laodicea era una ciudad próspera, pero Jesús les revela su verdadera condición espiritual, instándolos a buscar tesoros eternos en lugar de los efímeros bienes terrenales que los habían vuelto infelices, miserables, pobres, ciegos y desnudos espiritualmente.
El dinero no daña nuestra condición espiritual, y Jesús no los está llamando a la pobreza física. Jesús está atacando el hecho de que ellos se habían enfocado tanto en las riquezas de este mundo, que habían descuidado la verdadera riqueza que se encuentra en Dios, y el versículo siguiente lo deja más claro.
El llamado a buscar la verdadera riqueza
V18: “Por eso te aconsejo que de mí compres oro refinado por el fuego, para que te hagas rico; ropas blancas para que te vistas y cubras tu vergonzosa desnudez; y colirio para que te lo pongas en los ojos y recobres la vista.”
Jesús ofrece un consejo transformador en este versículo, pues les anima a comprar oro refinado por el fuego, simbolizando la verdadera riqueza espiritual que solo puede obtenerse a través de la purificación y la fe en Él.
También les insta a adquirir vestiduras blancas para cubrir su vergonzosa desnudez, lo cual representa la necesidad de la justicia y la pureza que solo podemos alcanzar a través de Jesús.
Además, les aconseja comprar colirio para sanar su ceguera espiritual y recobrar la vista, invitándolos a enfocar sus ojos en la verdadera luz de la vida: Jesús.
Conclusión
Esta carta de Jesús a la iglesia Laodicea nos enseña valiosas lecciones:
- No se trata de simplemente cumplir ciertos deberes religiosos, sino de tener una verdadera relación con Dios.
- Jesús confronta a la iglesia por su autocomplacencia y desviación de lo esencial, recordándoles que la verdadera riqueza y bendición provienen de una vida centrada en Él.
Oro para que este estudio te haya animado a reflexionar sobre tus prioridades espirituales y a buscar una relación profunda y significativa con Dios por encima de los tesoros terrenales. Que Dios te bendiga.
