Todos queremos que Dios no solo escuche nuestra oración, sino que también la responda, pero ¿Cómo orar a Dios correctamente para que responda? En este post te cuento cómo lograrlo, porque así como Dios escucha mi oración, también escucha la tuya.
En este post hablaremos sobre distintos puntos que nos ayudarán a tener una oración eficaz. Los puntos que veremos son los siguientes:
- ¿Qué es la oración?
- Ejemplos del resultado de la oración en la Biblia
- La fe
- Persistir en oración
- ¿Por qué no recibimos lo que pedimos?
Si en lugar de leer prefieres ver este tema en video, te dejo el video que grabé sobre este tema.
¿Qué es la oración?
Lo primero que debemos hacer es entender que la oración es hablar con Dios, es un diálogo entre Dios y su pueblo; es decir, que no es un monólogo.
Muchas veces nos olvidamos que el silencio también es parte de la oración, necesitamos permitir que Dios nos hable, estar atentos a lo que Él tiene que decirnos, y no hablar sin parar y luego “Amén” y chao. Porque de hacer eso, ¿En qué momento escucharemos a Dios?
Quizás te has preguntado “¿Por qué Dios no me escucha?”, y seguramente sí te escucha, pero quizás seas tú quien no lo está escuchando a Él.
Jesús nos dejó un maravilloso modelo de oración que llamamos el “Padre Nuestro” que está ubicado en Mateo 6:9-13, el cual se enfoca en el reino de Dios y en su voluntad y no en nuestros deseos.
De hecho si lo lees podrás darte cuenta que solo habla de nosotros cuando se trata de hacer la voluntad de Dios, de provisión, del perdón y de librarnos de la tentación. No habla sobre “has todos mis deseos y mi voluntad”, no, porque somos nosotros los que debemos cumplir con la voluntad de Dios, no al revés.
Aquí tengo un artículo sobre el significado del Padre Nuestro y cómo aplicarlo a nuestra oración continuamente que espero bendiga tu vida.
Ejemplos del resultado de la oración en la Biblia
- A lo largo de la Biblia vemos cómo Dios respondió al clamor de su pueblo una y otra vez, como por ejemplo cuando Dios los liberó de la esclavitud a través de Moisés. Todo inició por medio del clamor de un pueblo.
- Cuando el pueblo de Israel fue derrotado por Hai después de que Dios les había dicho que les daría la victoria, pero Josué fue en oración y Dios le mostró que habían sido derrotados por causa del pecado del pueblo.
- Salomón cuando oró al dedicar el templo y Dios en respuesta llenó el templo con Su presencia que los levitas no pudieron continuar con todo el servicio porque no se podía ni siquiera ingresar por la gloria de Dios.
- O cuando Dios guió a Jesús para escoger a sus 12 discípulos, cuando nuestro Señor estuvo toda la noche orando antes de tomar esa decisión tan grande.
En todos estos ejemplos vemos que Dios nos puede guiar y darnos sabiduría para que Su voluntad sea establecida.
Pero todo eso ocurrió como una consecuencia de la oración.
Y gracias a Dios, Jesús nos dio en diversas parábolas y enseñanzas las claves para una oración eficaz, así que veamos algunos de esos puntos para que tú oración sea eficaz.
Fe
En Mateo 17:14-20 vemos una ocasión en la que los discípulos no pudieron echar fuera a un demonio de un muchacho y Jesús lo reprendió y listo, así de fácil. Entonces vemos estos versículos:
«Después los discípulos se acercaron a Jesús y, en privado, le preguntaron: —¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo? —Por la poca fe que tienen —les respondió—. Les aseguro que, si tuvieran fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrían decirle a esta montaña: “Trasládate de aquí para allá”, y se trasladaría. Para ustedes nada sería imposible» – Mateo 17:19-20
Jesús aquí les dice “por su falta de fe” ó “por su fe tan débil” es que no pudieron echar fuera al demonio.
Jesús no está pidiendo una fe gigante, está pidiendo que tengamos convicción en lo que Él ha dicho, si Él en su Palabra nos prometió que al poner nuestra fe en Jesús, el Espíritu Santo moraría en nosotros entonces es así. Él mora en nosotros y no tenemos que dudar de eso, aunque sintamos o no sintamos su presencia, tenemos que tener convicción en lo que Dios ha dicho.
¿Qué cosas Dios te ha dicho que aún no ves en tu vida y por eso sigues dudando?
Persistir en oración
Para este punto veamos la historia de la viuda insistente en Lucas 18:1-8:
«Jesús les contó a sus discípulos una parábola para mostrarles que debían orar siempre, sin desanimarse. Les dijo: «Había en cierto pueblo un juez que no tenía temor de Dios ni consideración de nadie. En el mismo pueblo había una viuda que insistía en pedirle: “Hágame usted justicia contra mi adversario”. Durante algún tiempo él se negó, pero por fin concluyó: “Aunque no temo a Dios ni tengo consideración de nadie, como esta viuda no deja de molestarme, voy a tener que hacerle justicia, no sea que con sus visitas me haga la vida imposible”». Continuó el Señor: «Tengan en cuenta lo que dijo el juez injusto. ¿Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles? Les digo que sí les hará justicia, y sin demora. No obstante, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?»»
En este pasaje vemos los siguientes puntos:
- La parábola fue para que ellos aprendieran que “debían orar siempre sin desanimarse”. A veces pasamos 3 días orando sin ver la respuesta y ya nos desanimamos, o pasamos 1 mes orando y como no vemos la respuesta de Dios entonces asumimos que no se va a cumplir. Recordemos a Abraham y a Sara que esperaron la promesa por más de 20 años, cuando todo parecía perdido.
- Aunque el juez era injusto, terminó haciéndole justicia a esta mujer por causa de su insistencia. Nosotros tenemos a un juez justo (Dios), sin embargo, esto no quiere decir que no debamos perseverar en oración, debemos perseverar hasta obtener una respuesta de Dios, incluyendo un no.
Nosotros clamamos a un juez justo, se trata de que Él establezca su justicia, que aunque el mundo sea injusto, que aunque pasen cosas donde pareciera que Dios no está, la realidad es que la oración puede cambiarlo todo, pero para eso hay que persistir en la oración.
- No se trata de que Dios haga lo que yo quiera, sino que establezca su justicia. A veces nos confundimos, y creemos que el insistir en oración va a llevar a Dios a hacer todo lo que yo quiero, pero esto no es lo que enseña la Palabra, y esto es lo que nos lleva al siguiente punto.
Conforme a la voluntad de Dios
Casi siempre oramos por nuestras necesidades y nuestros deseos, pero lo principal de la oración no es dar respuesta a esto, aunque Dios sí lo hace. Lo principal es hacer que el reino de Dios avance en esta tierra, que su voluntad sea establecida.
Continuamente a lo largo del Nuevo Testamento, Pablo y otros creyentes oraban por las otras iglesias, por dones, por provisión para que la obra avanzara, que el Espíritu Santo se derramara, para que Dios sanara, para adorar a Dios y para agradecer.
El enfoque de la oración de la iglesia primitiva estaba en el avance del reino de Dios más que en ellos mismos, y este debería seguir siendo el enfoque.
Cuando solo nos enfocamos en nosotros y en nuestras necesidades, nos convertimos en una iglesia débil que no cree que juntos somos un mismo cuerpo, sino que yo solo es el que valgo y que las necesidades del otro no importan, y esta no es la unidad que Dios espera de nosotros.
Como dice la Palabra, oremos por nuestros gobernantes (1 Ti 2:1-3), oremos para que Dios envíe más obreros (Lucas 10:2), oremos por los otros (Santiago 5:16), y sí oremos por nuestras necesidades, pero oremos sobre todo para que muchos más sean salvos.
1 Juan 5:14-15 dice: «Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que, si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye. Y, si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido.»
Y este versículo nos dice el secreto para que Dios oiga y responda TODAS nuestras oraciones, pero para eso hay que pedir conforme a Su volundad, y ¿Cómo podremos saber cuál es la voluntad de Dios? Solo podremos discernir Su voluntad cuando lo buscamos continuamente, cuando estamos dispuestos a escuchar lo que Dios tiene para decirnos.
Podríamos decir que la oración en el nombre de Jesús es aquella que busca Su voluntad y se somete a Su autoridad.
¿Por qué no recibimos lo que pedimos?
Santiago 4:1-3 nos dice:
«¿De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que luchan dentro de ustedes mismos? Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden. Y, cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones.»
Tenemos que analizar a la luz de la Palabra lo que estamos pidiendo. Muchas veces viene desde un deseo de querer sentirnos superior al otro, de decir que no necesitamos al otro, de demostrar que tenemos la razón.
Porque muchas veces hay conflictos y se dice «es que el Espíritu Santo me impulsó o me dijo», pero no es así, el Espíritu Santo que mora en 2 creyentes no va a llevar a esos 2 creyentes a pelear porque son un mismo cuerpo, es como si tu mano de repente te diera un golpe en la cabeza, no es coherente, algo tiene que estar mal.
Cuando Santiago dice «matan y sienten envidia», se refiere a lo que vemos en 1 Juan 3:15 que todo el que odia a su hermano es un asesino, y el sentir envidia nos lleva a eso porque cuando tú amas a alguien tú deseas que todo le vaya bien, pero cuando lo odias deseas que todo le vaya mal. Entonces ¿Estás amando u odiando a tu hermano? ¿Cuáles son tus intenciones al pedir algo?
Y no te estoy juzgando, yo he luchado contra la envidia, contra la falta de amor por el otro, pero es una lucha a la cual no debemos estar dispuestos a ceder porque esta no es la voluntad de Dios.
Todo parte de nuestro corazón, y nuestro corazón debe estar alineado al de Dios para que nos aseguremos de pedir bien, y de recibir.
Una oración eficaz es aquella que no solo busca su propio beneficio, sino que busca el beneficio de otros, pero sobre todo el hacer la voluntad de Dios.
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